ARTRITIS: Al estimular la circulación y disminuir las hormonas del estrés, el masaje alivia la rigidez y el dolor en los pacientes con artritis. Algunas personas de avanzada edad, conscientes del tratamiento corporal completo, prefieren el masaje de manos y pies.

Y ahora la ciencia está confirmando lo que ya sabíamos en nuestros corazones: como el psiquiatra James Gordon dijo, “el masaje es medicina”. Mucho de esta ciencia se origina en las inmaculadas oficinas del Touch Research Institute de Miami, el único centro científico dedicado a explorar los efectos del masaje en la salud. Aquí, la psicóloga Tiffany Field dirige un equipo 28 estudiantes, voluntarios y terapeutas, y colabora con investigadores de la Universidad de Miami, Duke y Harvard. Más de 50 estudios del TRI han mostrado que el masaje tiene efectos positivos en las enfermedades, desde los cólicos a la hiperactividad, la diabetes o las migrañas. De hecho, el TRI ha estudiado estos efectos sobre cada enfermedad. Al parecer, el masaje ayuda a los asmáticos a respirar mejor, mejora la función inmunológica en pacientes con el VIH positivo, ayuda a los niños con autismo a concentrarse, reduce la ansiedad en adolescentes depresivos y disminuye la aprensión en víctimas con quemaduras cuando se debe realizar desbridamiento, el doloroso procedimiento en el que se elimina piel infectada. “Comencé pensando que eran tonterías, pero me he vuelto un creyente”, dice C. Gillon Ward, director médico de la Unidad de Quemados del Jackson Memorial. “Creo que hay cosas que simplemente no se pueden explicar aún”.

En realidad, estamos empezando a explicarlas. Cuando decimos que alguien nos toca emocionalmente, significa que él o ella ha tocado el fondo de nuestro corazón. El contacto físico, también, es más que superficial. Hay más de cinco millones de receptores del tacto en nuestra piel, 3.000 en una sola yema del dedo, que envían mensajes a través de la espina dorsal al cerebro. Un simple toque, por ejemplo una mano en un hombro o un brazo alrededor de la cintura, puede reducir el ritmo cardíaco y bajar la presión sanguínea. Incluso personas en comas profundos pueden mostrar mejora en la frecuencia cardíaca cuando se les coge las manos. El tacto también estimula al cerebro para producir endorfinas, los supresores naturales del dolor del cuerpo. Ésta es la razón por la que el abrazo de una madre a su hijo que se ha raspado la rodilla pueda hacer literalmente “que se mejore.”

EL ESTRÉS: Lejos de ser soporífero, un masaje de 15 minutos aumenta el estado de alerta y rendimiento. No extraña que a los gladiadores romanos antes de entrar en la arena y a los soldados de la caballería sueca entre las escaramuzas en el siglo XVIII se los masajeara.

ESCUELA SUPERIOR DE QUIROMASAJE JUÁN BÁEZ